Detrás
de esa luna de octubre
se
esconde un abismo que nos espera,
un
lugar donde verternos
hasta
despojar nuestras prendas;
te
llamé desde la alcoba,
un
susurro que se pronunciaba a través del frio
y
la contienda que aún nos espera;
te
dije desde el silencio que nos arropa:
ven
conmigo esta noche…
Detrás
de ese cumpleaños de octubre
me
encontré caminando,
me
encontré de pronto,
sin
aviso alguno;
el
corazón me dio un salto,
pero
me reconocí en aquel sitio.
Los
suspiros se repitieron como aquel día;
los
besos como aquella tarde
y
las miradas como aquella noche.
Quise
despertar al instante pero me di cuenta
que
era tan grande mi anhelo
que
toda era la verdad caminante.
Detrás
de esa mirada.
Detrás
de esa sonrisa.
Recuerdo
cuando me dijiste
que
las flores no se comen, solo los labios;
recuerdo
cuando me dijiste que lloraste
con
nuestro primer beso y que disfrutaste cínicamente ese sentimiento.
Recuerdo
que te dije detrás de ese cumpleaños de octubre:
ven
conmigo esta noche,
no
haremos el amor, él nos hará.
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