Eres el volcán de mis desvelos;
la tierra que ruge incontrolable
ante la presión de los fuegos
inmensos de mi corazón sureño.
Antes de la lluvia de cenizas
eres el calor de un nacimiento,
el despertar repentino del destino.
Antes del desgaje de los cimientos
eres el cambio de la piel
que prepara el terreno para el vergel.
Despues del estruendo del cielo
eres la lluvia que calma el sufrimiento
del devenir y sus pensamientos.
Podrías nacer para mí
pero existes para el mundo completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario