Me encuentro
en el campo,
azul del cielo, verde del pasto,
mientras mi
melancolía agoniza
me muestro…me
muestro olvidado.
Me encuentro
recostado,
amarillo del
sol, blanco de la nube,
con mis manos
toco el espacio,
espacio
pintado, espacio dulce.
Que cálido es
el viento del sur,
cálido y
constante,
con mi alma
miro los cerros,
allá, soñando
a lo lejos.
Cuanto tarda
la noche
aunque ya veo
la luna,
quisiera ver
las estrellas
(hermosas y
dilatadas flores nocturnas).
Este atardecer
que nunca muere
se muestra
terco y lleno de orgullo,
sabido de su
belleza,
que vierte en
mi corazón
sin miramiento
alguno.}
Carlos Mario Cruz Ramirez
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